junio 30, 2008


Si pues. No nos hemos visto. Ni en la revuelta popular, ni en la cena diplomática. Ni en el barcito de tres por cuatro, ni en la charla de catequesis de la parroquia. No nos hemos visto ni en la corrida de toros de Acho, ni en tu azotea donde cuelgan las ropas. Ni en el salón de clases, ni en la Plaza Dos de Mayo. Ni en un concierto vacío, ni en la celda demoníaca de Sierva María. Ni en los vericuetos miraflorinos, ni entre las palomas dominicales de San Francisco.
No nos hemos visto en ninguna guitarra, en ningún pisco acholado, en ninguna uva, en ningún Carmelo. No nos hemos visto en ninguna Rambla, en ningún cumpleaños, en ninguna playa. No nos hemos visto delante de García Márquez, ni Bryce, ni de Ribeyro. No nos hemos visto ni en la mitad de tu quinta, ni en tres cuartos de cancha, ni en los seis octavos de mi partitura. No nos hemos visto en la noche oscura, ni en alameda, ni en el puente, ni en el río... ni en el lloro.
No nos hemos visto en la paz, ni en la esperanza. Ni en el odio, ni en la locura. No nos hemos visto ni en la paciencia, ni en la ternura, ni en el juego, ni en el cansancio. No nos hemos visto la cara, ni el pecho, ni el corazón.
No nos hemos visto en tus ojos, ni en mis brazos. Ni en tus zapatos, ni en mis camisas. No nos hemos visto el lunes, no nos hemos visto el martes, no nos hemos visto el viernes. No nos hemos el visto el abril, ni el mayo. No nos hemos visto la cuerda, ni el pincel.
Si pues, no nos hemos visto, ni en el abrazo, ni en el te quiero, ni en el beso. No.

1 comentario:

Gloria dijo...

Creo entender el signifficado de ese no. Y es que a veces creemos que estamos, cuando en realidad no existimos en ese lugar y momento.