noviembre 27, 2008

Regreso

Recibo todos tus abrazos, pero yo me guardo uno. Me los guardo para cuando te pares en frente de mí con tus ojos que no parecen, tus pies juntitos y la sonrisa que ya no cabe.
 
Y leerte me ha hecho caer en la cuenta que ya no te escribía hace tiempo; que anduve ocupado escribiendo otras cosas, ya ni siquiera canciones. Camila ha trastocado el itinerario, incluso las ideas, pero ha traído nuevas y una en particular que he decidido terminar antes de que se agote enero del próximo año. Y tú también formas parte de esta gran idea...
 
Pero yo también quiero abrazarte pronto, tal vez, por lo menos, un abrazo electrónico, porque nuestros mejores abrazos han sido así, desde lejos, extrañándonos.
 
No te aflijas porque las etapas se acaban, siempre ha sido así y hemos triunfado cada vez. Lo que vives ahora será lo que te apene dejar más tarde. Pero no pierdas tu espíritu, ese que te hace añorar los viajes, las calles nuevas... ahora que te digo esto, he extrañado un poquito mis cervezas en alguna callecita vieja de Basilea, debajo de un toldo, mirando las baldosas de piedra.
 
Abrázame siempre, llámame Quique, extráñame otro poco...
 
Te quiero mucho...