marzo 29, 2009

Estos días sin ti (agosto 1999)

"En busca de un sueño" es la primera canción de uno de mis discos favoritos de Silvio. La gracia es que repite todo el tiempo la frase "... en busca de un sueño esto, en busca de un sueño lo otro..." y aún así la canción se desenvuelve hermosa y pacífica. Realmente era todo un reto para un compositor que ya no se creía tan nobel, como yo, y que además tenía claro (hoy ya no tanto) que podía copiar con facilidad a los grandes, quiero decir, en lo que respecta a estilos y trucos musicales.

 

Entonces me enrumbé en la tarea de escribir una canción que repita constantemente una misma frase ("... estos días sin ti") pero que no caiga en la monotonía, y que además se desenvolviera igualmente hermosa y pacífica. El resultado fue esta canción (para extrañar a alguien que estaba lejos, y cuya importancia se ha desvanecido) que tiene la magia de transportarme al claroscuro de las madrugadas de agosto del '99, junto a la Dominga, compañera, mujer de madera.

 

Estos días sin ti

Duelen en los ojos,

Estos días sin ti

Fantasmas y locos.

Estos días sin ti

Apresan mis labios,

Estos días sin ti

Estos días amargos.

 

Estos días sin ti

Se lavan las manos,

Estos días sin ti

La guitarra se aleja.

Estos días sin ti

Que no me has amado,

Estos días sin ti

Me odian, me dejan.

 

Estos días sin ti

No tienen recuerdos,

Estos días sin ti

Son lívidos sueños.

Estos días sin ti

Sin dioses ni aves,

Estos días sin ti

No entiendes, no sabes.

 

Estos días sin ti

Disparan dolores,

Estos días sin ti

No quieren besarme.

Estos días sin ti

Me arrancan tus flores,

Estos días sin ti

Desean matarme.

marzo 22, 2009

Al borde (1994)

Es una canción rabiosa, llena de odio. La escribí para terminar de sacarme a una persona de la cabeza, donde se alojan los amores después de sacarlos del corazón. El ritmo me encanta porque fluyen en él las tiernas melodías de la trova cubana y todo lo que bebí del rock en español de los '80.

 

Algunas personas muy sentimentales creyeron que la había escrito para mi madre, seguramente por el interminable "extraño" repetido a lo largo de la canción, y que sugiere la imagen de alguien que extraña furiosamente a una persona que ya no está. Pero, desde el fondo de la canción, desde su alma misma, emerge el desconcierto, el asombro ante todas las situaciones que la canción nos presenta: "Es extraño saberte frente a mí, es extraño oírte, ver tu rostro, mentirte, desnudarte, odiarte, alimentarme de ti, morirme, invocarte... todo eso es extraño después de no tenerte". ¿Qué será lo que quiso manifestar mi espíritu realmente?

 

Extraño saberte frente a mí

Extraño oírte

Extraño asomar el rostro y ver tu rostro

En la mañana.

Extraño encontrar un buen final

Extraño mentirte

Extraño arrancar de tus sueños mis temores

Y cantártelos.


Buscaré en el centro del jardín

Buscaré al borde de mí.


Extraño desnudar tu inmensidad

Extraño odiarte

Extraño descifrar la luz que traen tus manos

Sin soplártelas.

Extraño alimentarme de tu piel

Extraño morirme

Extraño invocar tu plenitud en mi noche

Te extraño.


Buscaré en el centro del jardín

Buscaré al borde de mí.

marzo 15, 2009

Volar sobre mí (agosto 1994)

Como un documento histórico, poseo un fólder escolar donde guardo en manuscritos originales todas las canciones que escribí desde "Cuando muere un corazón" (diciembre 1990) hasta "Lloverá" (diciembre 1994) La gran parte de ellas tuvieron seguramente melodías preciosas, pero desgraciadamente ya no las recuerdo.

En la hoja 53 aparece "Volar sobre mí"; el título original era "Yo vi", además aparece un título secundario, entre paréntesis: "He decidido poner música a tus sueños", y la tonalidad original era Bb, es decir, medio tono más alto que la versión grabada. Hay, también, una indicación que dice: "Capo en 1er. traste".

La letra no ha sufrido cambio alguno respecto de la grabación, salvo la tercera línea de la estrofa después del primer coro, que dice: "tú viste un niño soñando y llorando tal vez"; frase que obviamente corté por cuestiones melódicas. La firma, al pie de la hoja cuadriculada tamaño oficio, es larga y mucho más grande de como suelo firmar actualmente.

La fecha exacta de composición es 2 de agosto de 1994. ¿Por qué la escribí? No tengo ni la más mínima idea.

Yo vi tu cuerpo en mi mente 
Yo vi tus senos volar sobre mí 
Tú viste el sol de repente 
Tú viste un barco cruzar muy feliz. 

Y he decidido poner música a tus sueños 
He decidido poner música a tu voz 
He decidido poner música a tu cuerpo desnudo 
He decidido poner música a tu olor. 

Yo vi tu alma sangrando 
Yo vi tu aliento inundar la pasión 
Tú viste un niño soñando 
Tú viste cómo se mata el corazón. 

Y he decidido poner música a tus sueños 
He decidido poner música a tu voz 
He decidido poner música a tu cuerpo desnudo 
He decidido poner música a tu olor.

Yo vi tus ojos brillando Yo oí tan cerca tu voz susurrar.

marzo 10, 2009

Prometo ser...

Hay una historia del libro que estoy escribiendo que me gusta mucho. Un hombre sabio enfrenta a los vientos malignos que quieren arrebatarle su alma. Muchas horas dura la lucha, pero el hombre sabio, ya sin fuerzas, se rinde ante el poder de la naturaleza, y muere. Pero en estas historias lo fantástico es la esencia. El Espíritu del hombre sabio dirige su voz a los vientos malignos y estos le oyen. Él está allí, en medio del desierto, porque necesita recoger un puñado de arena mágica para devolver la salud a su amada que desfallece muy lejos, en el bosque. Promete retribuir el favor si le permiten volver donde ella. Y así sucede. El Espíritu del hombre sabio atraviesa el horizonte y llega donde su amada moribunda, oculta en el bosque. Entonces le da el soplo de la salud antes de desaparecer para siempre entre la niebla y el frío.

Escoge el personaje que quieres ser. Yo, por mi parte, prometo ser el viento, o el desierto, o la arena, o el bosque, el soplo de la salud, la niebla y el frío...