junio 30, 2008

Como el ángel de mi cuento...


I
Me has hecho pensar. Ando pensando en ti últimamente, por esto de las divagaciones, pero, especialmente me ha hecho pensar este mail reciente.
"¿Con qué me ando quedando?". ¿Es posible que uno se vaya quedando con cosas de otros? Entonces he pensado en todas las personas que han dejado algo en mí... cuántas fueron?, dejaron algo?, busca, busca... he perdido mucho de todo lo que pudo haberse quedado en mí. Yo soy el único responsable de eso.
Uno termina un proceso y pasa al siguiente, y al siguiente, nadie pregunta cuál es el saldo de lo vivido, dejaste olvidado algo? te lo devuelvo? me quedo con él?... No, nadie pregunta... proceso nuevo, si miro para atrás seré estatua de sal.
Y ahora tú dices que yo dejé mucho en ti. ¿Puedes decirme qué? Por favor. Todo el tiempo ando tratando de llevarme todo, si lo decido así lo hago.
¿A dónde se alojan las cosas que uno no puede arrebatar? ¿En qué parte de ti está lo que dejé? ¿Es tuyo ahora?, ¿Sigue siendo mío? ¿Tengo derecho a llevarmelo?
Me dirás que no, que es tuyo ahora. Y yo sigo sin irme. Porque me iré cuando dejes ir lo que se quedó contigo. Y tú no quieres hacer eso verdad?
Entonces sigo pensando en ti como en el principio de esta historia... como el ángel de mi cuento de la niñez: acariciando a los peces desde la barca, fuera del mar. Sólo podrá tenerlos cuando abandone las alas, cuando aprenda a nadar.
II
Estaré para tu cumpleaños. ¿Completo? ¿De manera total? Yo espero eso también.
Tengo casaca nueva. Agoté todos mis recursos para tenerla y ahora puedo andar abrigado por las calles de Saarbrucken. Los 2 grados se convirtieron en 10, y hoy, miércoles, será mi último día aqui. Proxima parada: Stuttgart.
La casaca nueva no te libera de los esfuerzos por abrigarme en la distancia. Siento que lo haces, por eso te quiero tanto.

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