junio 30, 2008

No estás...


En Saarbrucken compré un disco de Tom Waits. ¿Te había hablado de él? Me parece que sí. Y ahora estoy escuchando mi canción favorita mientras miro la contraportada del disco. Está él de pie con un saco largo y un sombrero en la mano, entre las montañas y un cielo parecido al gris de sus zapatos, mirando hacia el horizonte debajo de un paraguas del que salen culebras diminutas y flacas.

La canción y esta imagen me hacen darme cuenta que estaba esperando encontrarte conectada como todas estas mañanas. Pero no estás. Y me he puesto a leer todas las cartas "europeas" y tus respuestas, para no quedarme con la sensación de ausencia, y la historia se acaba con una carta mía que tú no llegaste a responder: una carta que escribí desde Barcelona dos días antes de volver, una carta que escribí triste y con mucha rabia.

Por eso busqué mi disco nuevo de Tom Waits.

Siento que soy yo el que está debajo del paraguas, mirando el horizonte con cara de atribulado, friolento, rodeado de culebras. Esperando. Queriendo. Quedando...

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