junio 28, 2009

Aprendiendo a parir

"Un día el marido de una señora embarazada se fue a su chacra, a sembrar maní, y le dice a su mujer, quien se encontraba en los días del parto, para que vaya a ver su siembra, porque ella tiene que dejarlo probando pues ya tenía que morir, la señora se iba sola por el camino en dirección a su chacra, y encuentra a una rata que se convierte en una persona, y la rata le dice a la mujer que le de una parte de su chacra para que ella pueda comer y a cambio le ayuda a dar a luz, y ella acepto. Por eso aprendió la mujer a amarrar el palo atravesado para que se pueda afianzar, para eso la rata pidió ayuda y llamo al conejo, añuje, majaz, cuy y al punchana. Pero el conejo le dice no puedo ayudarla, porque se hinchará su vientre cuando da a luz y sangrara mucho. El cuy le dijo yo no la agarro porque yo tengo mis hijos muy seguido, el majaz le dijo no te ayudo porque yo no me puedo levantar rápido cuando doy a luz, entonces el añuje, la rata y la punchana ayudaron a la señora a dar a luz, entonces el añuje toca la cabeza de la mujer y lo notaba que estaba caliente, uno lo agarra de los brazos hacia arriba y el otro agarra de la cintura, y al final la mujer dio a luz; cortaron el cordón umbilical con la morona, después la mujer y el bebe volvieron a la casa y la mamá lo envolvió en hojas de plátano. Luego la rata le aconsejó que al bebé lo debe tener cerca de la candela, le debe dar de lactar, y comer, pues hasta ese entonces la mujer no sabia dar a luz".

Relato de partera wambisa

junio 21, 2009

Lo que queremos

Aquí vivió mi padre, mi abuelo y el padre de mi abuelo. Aquí he vivido yo desde siempre; aquí han vivido mis hermanos, mis hermanas y viven sus hijos. Todo lo que necesitamos para vivir está aquí, incluso, lo que necesitamos para morir. Este lugar se llama "El Hogar".
Un día llegó un hombre a El Hogar cargando mucho equipaje, maletas grandes, y algunas máquinas de hacer quién sabe qué. Cuando me acerqué a preguntarle quién era, dijo llamarse "Señor Estado". "Este lugar vamos a dividirlo en tres partes -me dijo-. La primera parte será para que vivan los animales, y la gente sólo podrá entrar para visitarlos, así protegemos su integridad. La segunda parte será para que vivas tú con tu familia y tus vecinos. Nadie podrá entrar para fastidiarte porque será únicamente de ustedes. Y la tercera parte -continuó- será para mí. Es decir, será para todos. Trabajaremos esta porción de El Hogar para tener mucho dinero e invertirlo en cosas que nos beneficien a todos"
"¿Y eso quién lo decidió?" -pregunté. "Eso está escrito aquí" -respondió mostrándome un papel. "¿Y eso qué es?" -volví a preguntar. "Esto -me dijo dignamente- se llama "La Ley" y lo que dice La Ley se cumple sin regañar". "Nosotros sólo cumplimos lo que nos enseñaron nuestros padres, lo que nos ha enseñado El Hogar, lo que todavía nos enseña" -le respondí. "Sí, claro, eso está bien -insistió- pero ahora es momento de pensar en todos los demás, y esto que manda La Ley es para el bienestar de todos los demás". "¿Quiénes son "todos los demás"? Nosotros somos todos los demás -contesté-, siempre hemos sido nosotros y siempre hemos sido felices". "Todos los demás -dijo- son toda La Nación". (La Nación -pensé- yo he escuchado hablar de ese lugar. Tienen un bandera y una canción que hemos aprendido todos a cantar. Nos han dicho que todos somos parte de La Nación") "Pero ellos no viven aquí -respondí- nosotros vivimos aquí y nadie nos dijo que esto iba a pasar". "Esta bien, esta bien -dijo- hagámos una cosa: me voy a llevar La Ley y más tarde regreso para discutir esta tema contigo y tus amigos".
El señor no regresó. Nos dejó sus maletas y sus máquinas. Aparecieron otros hombres que empezaron a usarlas para trabajar esa tierra y cuando fuimos a preguntarles nos dijeron que no sabían nada, que ellos solo trabajaban.
Hoy hemos ido a otra ciudad porque se han juntado otros pueblos allí, porque les está pasando lo mismo. Hay una persona allí a la que debemos seguir, según dicen, porque es el que sabe de estas cosas. Él ha dicho que tenemos que ir a pelear como han peleado nuestros abuelos cuando han defendido su tierra de otras tribus. Eso es lo que vamos hacer, eso es lo que queremos...

junio 14, 2009

Amar así

Por algunas cosas no quiero pasar. Perder la vista, una mano, un riñón. Dejar de ver a alguien a quien amo, dejar de abrazarlas, de besarlas. No tener memoria, palabras, números, cordura. Ser golpeado hasta distinguir la sonrisa de una hormiga a diez centimetros de mi ojo derecho. Ser arrebatado de mi tiempo-espacio sin pedir permiso ni permitir explicación. Sufrir el frío hasta sentir estallar mis pulmones y mis ojos girar en círculos en distintas direcciones. Oir tu voz inculpándome. Mirar tus ojos llenos de odio. Aceptar que jamás me perdonarás...
No quiero pasar por el odioso segundo del temor. Buscar a Dios y saber que no existe. Saber que existes y no encontrarte. Saber que puedo encontrarte y no querer buscarte. No quiero ser discriminado, olvidado, despreciado, disminuido, inmovilizado, apartado, silenciado, aislado, condenado, perseguido, requisitoriado, señalado, difamado. No quiero pasar por el llanto sin entender los ruidos que me rodean. Quedar sin voz. No tener tu voz. Amar así...

junio 07, 2009

Crecer (asuntos de un trovador)

Revisando (a propósito de mis post anterior) la correspondencia virtual entre Raffaele y yo, encontré este mail que le envié por esos años (2004 -2005) y que explica el momento preciso en que mi trabajo musical se llena de nuevos elementos y de ritmos nuevos y cercanos. Fue emocionante volverlo a leer.

Hola Raffaele:

Después de tiempo me he sentado ha escribirle a todos mis amigos y tenía que escribirte algo a ti, ya que el azar nos robó nuevamente la posibilidad de conversar frente a frente.
Me quedé con la enorme curiosidad de saber qué los trajo por aquí... siempre se vuelve a las cosas iniciales para refrescarlo todo. Aunque, tal vez, los Andes no fueron tus inicios, pero imagino que fueron por un poco más de pintura (alguna vez comparaste tu oficio con la del pintor)
Te comentaré que he retomado mi viejo oficio de cantante trovador... (siempre se vuelve a las cosas iniciales para refrescarlo todo) que ha sido lo que siempre he hecho, aunque algunas otras actividades hayan distraído mi vocación. Y aquí está la razón de mi acercamiento a la música tradicional. A pesar de que fue un acercamiento no casual, no fue por mi oficio de cantautor que estudié la música folklorica, sino por la carrera que había elegido y que trata de iniciar a los niños en el mundo de la música pero desde las tradiciones de su pueblo...
Entonces mis canciones comenzaron a tener nuevos sonidos y yo no me estaba dando cuenta, hasta que tuve en mis manos una canción que tenía cierto ritmo a landó... ¿yo? ¿haciendo música peruana? ese no había sido mi objetivo. Entonces pensé que no era mala idea si mi espíritu me estaba empujando por ahí. Comencé a oír música criolla, cosa que no me fue difícil teniendo un padre más criollo que los picarones... pero te confesaré que poco he reaccionado ante los valses y las marineras... éstas últimas me llevaron a la música negra, y he tenido buenos resultados, me gusta mucho ese ritmo. Tiene de sensualidad y de poesía, y también de dolor. Toda la música del Perú tiene de dolor.
Ya había escuchado, desde niño, música andina, pero cosas sin valor, como la música boliviana comercial de los '80. Y también a los chilenos, aunque estos sí tenían méritos musicales importantes, así como los grupos peruanos de fines de los '70, Alturas, Pukasoncco, Tiempo Nuevo, Del pueblo... etc. Pero todo eso no era tan original. Y empecé la búsqueda de las raíces. En este camino me he topado con gente maravillosa que ama la música tradicional, como tú, y que han venido a iluminarme el panorama... aunque mejor que eso han sido los pequeños viajes que he podido hacer tratando de capturar y conseguir cosas que me alimenten el asombro. Entonces vino Huaraz, Ayacucho, Huancayo, Arequipa, y mi última aventura que fue Paucartambo, y de la que te conté lo maravillado que quedé con el canto de los Qollas.
He cesado por ahora mi búsqueda, porque ya siento que las canciones se me derraman de la cabeza y quiero ver qué cosas nuevas aparecen después de la experiencia andina que, te aseguro, no acabará aquí.

Un abrazo enorme, enorme.

junio 02, 2009

Cuando el gallo no cantó

Hace algunos años viajé a Ayacucho a escuchar conjuntos de "Pum - Pin", que es el estilo de carnaval que se canta en la zona de Victor Fajardo. Me sorprendió oirles cantar acompañados de una batería electrónica en medio de las guitarrinas de metal y los charangos. Le escribí a Raffaele Clemente, un querido amigo italiano, conocedor de la música andina, contándole lo que había encontrado en Ayacucho, y él me respondió con este e-mail que revela el grado de locura de mi buen amigo.

06 de febrero de 2004


Estimado Enrique,


Para empezar te hago llegar un saludo cariñoso desde aquí...


Bueno, eso afortunadamente ¡no depende de mí! ja ja ja... Es el fruto de la perseverante condición de "Alienación Cultural" en la cual versan desde siglos los Pueblos Andinos. La "Inconciencia" (ignorancia) del Pueblo da lugar a las "coincidencias" que bien conocemos. Algunas veces los cambios vienen "para bien", y otras (la mayoría) para el mal de esta música y cultura.


Las coincidencias son siempre "sorprendentes". Es su misma naturaleza que lo impone, de lo contrario: ¿Qué coincidencias serían? Y en la tela arácnida de los "destinos inter-activos" de cada cuerpo cósmico, la cantidad de "coincidencias" que se perciben ¡es ridicula! Sin embargo, a veces los eventos son tan "eclatantes", "plateales" que hay que ser ciegos para no verlos. En estos casos el hombre se entera y hasta llega a espantarse, grita: «¡HAAAAAA! ¡Coincidencia! ¡Deja vú! ¡Increíble! ¡Metafísico!»; en algunos casos dice "¡Sagrado! Es una manifestación de Dios"... etcétera. Cuanto mas sorprendentes son las "coincidencias", cuanto mas "creíbles" y mistificables.


Una vieja pero siempre actual metáfora es la del "Eclípsis Solar": ¿Cuántas cosas se mueven en un Universo para dar lugar a un Eclipse? Una cantidad infinita (concepto abstracto) Por ejemplo, solo para citar las más simples y "conocidas":


La tierra tiene que girar alrededor del sol, ¿pero quién se da cuenta? También tiene que girar sobre ella misma, ¿acaso tú percibes este movimiento rotatorio?


Alrededor de la tierra tiene que haber un satélite (la luna) que, a su vez, gire alrededor de ella, y sobre si mismo. ¿Cuál hombre mira a la luna pensando que ella está simplemente girando sobre su propio eje? ¿Cuántos piensan en la luna en pleno día? Prefieren pensar al "astro de los enamorados" o si está llena o media o un cuarto, si eso te hará crecer o caer el pelo o te pondrá de humor romántico, al horóscopo zodiacal, etcétera.


Al final viene un eclipse solar, y para colmo "diurna", un evento de absoluta "visibilidad"; ¿coincidencia? Yo digo: «No.»


Los antiguos, frente a ese iIncreible" espectáculo gritaban: «¡HAAAAA! Dios está emputado con nosotros! ¡Nos vamos a morir todos!!!...» Ese es un aspecto, el otro es aún mas torpe: «Atribuir a una concomitancia de eventos con interrelación de séptimo u octavo grado la directa procedencia de los hechos». Esto le ha pasado a muchos científicos del pasado. Ellos observaban la realidad y creaban "relaciones" y/o "concurrencias" entre eventos que no tenían nada que ver. Sacaban "conclusiones" donde estas últimas no existían, y sobre los primeros ladrillos de aquellas "conclusiones" construían muros de razonamientos errados.


Un poco como la historia de aquel gallo que estaba convencido de que si él no cantaba el sol no salía y no venía el día. El pobre animalito, desde su pequeñez, se había cargado de una responsabilidad enorme, que de ninguna manera hubiera podido sostener. Sin embargo él estaba absolutamente convencido y seguro de su "teorema" hasta que una mañana se quedó dormido. Al despertarse se sintió morir. «¡HAAAAAAA! ¡Me quedé dormido, estoy atrasado! ¡Aquí afuera debe estar hecho todo un caos! Tengo que salir inmediatamente a cantar... »


Y así diciendo sale del pollero y... era una mañana soleada y cálida... y todo el mundo estaba feliz. ¿Sabes cual fue entonces el primer pensamiento que cruzó la cabeza del gallo?: «Ufff... ¡Mira qué afortunada coincidencia!»


Un fuerte abrazo


Raffaele.