abril 19, 2010

Aquí, todavía

Hoy es. Lo había esperado de otra manera, pero hoy es, y es así. Uno no piensa qué puedes estar haciendo tal día; lo máximo que se hace es programarse, pero la experiencia dice que todo saldrá de otro modo. Contra los azares del destino no se puede luchar. Es posible cambiar el destino, pero se necesita más que sólo las ganas.

Y ya. Estoy aquí todavía y me rodean el cariño de la familia y el de los amigos, y esta extraña sensación de no saber el mañana; siempre uno experimenta esa sensación, pero hoy es diferente porque hasta lo seguro es una débil tela de araña arrancada de su origen, pegada a la pared de cualquier forma, sosteniéndose de la nada...

Me rodea Camila y todo su amor. Me rodea la brisa en el rostro de Elías en el monte Carmelo; me rodea la voz del hombre militante acogedor de niños y de pobres; me rodea la otra voz, la que sale de mi abismo, que acompaña la guitarra...

Me rodea el amor y su mano de tijeras y gomas; el amor y sus dibujos, y sus plumones...

Y me acompaño yo mismo, con ojos de gato, medio triste, sonámbulo, queriendo irse y no; queriendo buscar o quedarse mirando, o quedarse esperando, o quedarse...