enero 18, 2009

Leyendas de Edrux

Otro pueblo creció al otro lado del río AkbyllGer. Ellos no criaban animales ni sembraban en tierra; tampoco pescaban en el río, ni recogían los frutos de los árboles. Salían los hombres en grupo hacia el bosque de Syr a run y cazaban a los animales que Ilgyrom, heredero del Dios TerSus, habían dejado allí. A veces, con lanzas y arcos que ellos mismos habían construido, subían hasta los montes para alcanzar a los animales más feroces y traerlos luego a su pueblo para alimentarse. Era un pueblo de hombres de miradas siniestras y perversas, cuyo único deseo vital era el deseo de la sobre vivencia a cualquier precio, de la lucha cruel y la conquista.

Eran los “Edruxym”, porque se decía que Edrux los había elegido y les había llenado los corazones con el poder de la fuerza y la barbarie. Estas historias fueron escritas por los antiguos guardianes de la memoria en el “OjnaDak” o Libro de la Memoria, cuando después de las batallas de la Conquista no quedó nada bajo las faldas del TerSusDeg o Montaña de TerSus y hubo que comenzar todo de nuevo. El OjnaDak dice en sus historias que los edruxym nunca oyeron el canto de los hijos de TerSus, por eso eran feroces y desalmados, y por el contrario, no sabían que otro pueblo vivía cruzando el río AkbyllGer. El pueblo de estos hombres rudos era subterráneo, hecho de túneles excavados a lo largo del Syr a run, y solo salían de ellos cuando iban al bosque o hacia los montes para cazar y conseguir el alimento.

Los guardianes de la memoria cuentan en el OjnaDak que cuando este pueblo comenzaba a florecer, Edrux apareció en medio de ellos y sumió sus ojos en la oscuridad obligándolos a construir su ciudad debajo de tierra. Les enseñó la eficacia y el poderío de las armas de caza y de la guerra, y les hizo señores de la noche y de la sombra. Con esa ferocidad implacable, los edruxym extendieron su territorio hasta el extremo oriental de Tierra, siguiendo el curso de los SunDegyl o Montañas de las Flores, conquistando el Tur’SorNeb o Lago del Cóndor de Fuego y los BelFudyl o Desiertos de la Luna, hasta las orillas del otro río, que ellos llamaron “VallGer”, que quiere decir “el río del beber”, porque les calmó la sed y el cansancio. Fundaron ciudades bajo tierra y salían a cazar aprovechando la oscuridad y la niebla recorriendo el largo del VallGer y el último extremo de Tierra.

Edrux nunca murió cuando se estrelló contra Luna sino que se convirtió en el Señor de la Noche, porque de él nacieron la oscuridad y las estrellas. Era pequeño y frágil cuando Luna lo tragó y lo arrojó hacia fuera convertido en estrellas de colores y haciéndolo dueño de la noche y de la oscuridad. Pero Edrux llenó de envidia su corazón y quiso ser tan grande y poderoso como su hermano Ziku, ahora TerSus, Dios libertador de su pueblo. Edrux creó el pueblo de los edruxym para dañar a Tierra entera y dañar el corazón de TerSus, y vengarse de él de alguna forma. Subió a lo más alto de un monte y lanzó contra TerSus un grito de desafío. TerSus sintió gran pena por Edrux, sin embargo envió a Ilgyrom para que reprendiera la afrenta. Ilgyrom voló sobre su estrella azul hasta donde estaba Edrux y luchó contra él durante sesenta y nueve días, y al amanecer del día setenta Ilgyrom ató a Edrux en la cima del monte y puso sobre él a “Nube Negra”, para que llueva con crueldad y lance rayos y truenos provocándole un dolor intenso y una gran humillación.

Muchos años estuvo Edrux atado en la cima del monte sufriendo la inclemencia de Nube Negra; años en los que su pueblo vivió encerrado, sobreviviendo al hambre y oyendo el lamento de su líder derrotado y abatido, resonando en las paredes de sus túneles. TerSus se apiadó de quien fuera su hermano y de los edruxym y decidió cambiarle su penitencia. Convirtió a Edrux en un Cóndor enorme de alas gigantescas. Arrancó flores del bosque de Syr a run, y esparció sus pétalos dibujando una línea recta hacia el extremo oriental de Tierra, quedando convertidas en una larga fila de montañas. En medio de esta fila, cercada de montañas, puso una gran fuente de agua y condenó a Edrux, convertido en Cóndor, a vigilarla eternamente.

Inmerso en una profunda tristeza, Edrux conoció el amor. Sobrevolando el lago, alcanzó a ver, sumergido en sus aguas, un gran pez de una increíble hermosura, a quien llamó “Far’nagi”, que quiere decir Pez Hermoso. Edrux construyó una barca para poder posarse sobre ella y estar más cerca de Far’nagi. Todas las noches, cansado de volar, bajaba a su barca y rozaba las aguas con sus formidables alas, porque era la única forma con que podía acariciar a su pez. Una noche no encontró a Far’nagi; por más que batía las aguas con sus fuertes alas, su pez no aparecía. Desesperado, incendió sus alas destruyéndolas completamente, y aún ardiendo en fuego, se arrojó al lago. Y allí está, sumergido, atrapado bajo las aguas, esperando que le broten alas nuevas para salir del lago.

Nuestros antepasados, que supieron esta historia de sus propios antepasados, han llamado SunDegyl a los montes hechos con pétalos de flores; y Tur’sorNeb al lago donde, bajo sus aguas, vive Edrux convertido en Cóndor, esperando tener sus alas nuevamente.

Fragmento del Libro "Leyendas del AkbyllGer"

No hay comentarios.: