junio 21, 2009

Lo que queremos

Aquí vivió mi padre, mi abuelo y el padre de mi abuelo. Aquí he vivido yo desde siempre; aquí han vivido mis hermanos, mis hermanas y viven sus hijos. Todo lo que necesitamos para vivir está aquí, incluso, lo que necesitamos para morir. Este lugar se llama "El Hogar".
Un día llegó un hombre a El Hogar cargando mucho equipaje, maletas grandes, y algunas máquinas de hacer quién sabe qué. Cuando me acerqué a preguntarle quién era, dijo llamarse "Señor Estado". "Este lugar vamos a dividirlo en tres partes -me dijo-. La primera parte será para que vivan los animales, y la gente sólo podrá entrar para visitarlos, así protegemos su integridad. La segunda parte será para que vivas tú con tu familia y tus vecinos. Nadie podrá entrar para fastidiarte porque será únicamente de ustedes. Y la tercera parte -continuó- será para mí. Es decir, será para todos. Trabajaremos esta porción de El Hogar para tener mucho dinero e invertirlo en cosas que nos beneficien a todos"
"¿Y eso quién lo decidió?" -pregunté. "Eso está escrito aquí" -respondió mostrándome un papel. "¿Y eso qué es?" -volví a preguntar. "Esto -me dijo dignamente- se llama "La Ley" y lo que dice La Ley se cumple sin regañar". "Nosotros sólo cumplimos lo que nos enseñaron nuestros padres, lo que nos ha enseñado El Hogar, lo que todavía nos enseña" -le respondí. "Sí, claro, eso está bien -insistió- pero ahora es momento de pensar en todos los demás, y esto que manda La Ley es para el bienestar de todos los demás". "¿Quiénes son "todos los demás"? Nosotros somos todos los demás -contesté-, siempre hemos sido nosotros y siempre hemos sido felices". "Todos los demás -dijo- son toda La Nación". (La Nación -pensé- yo he escuchado hablar de ese lugar. Tienen un bandera y una canción que hemos aprendido todos a cantar. Nos han dicho que todos somos parte de La Nación") "Pero ellos no viven aquí -respondí- nosotros vivimos aquí y nadie nos dijo que esto iba a pasar". "Esta bien, esta bien -dijo- hagámos una cosa: me voy a llevar La Ley y más tarde regreso para discutir esta tema contigo y tus amigos".
El señor no regresó. Nos dejó sus maletas y sus máquinas. Aparecieron otros hombres que empezaron a usarlas para trabajar esa tierra y cuando fuimos a preguntarles nos dijeron que no sabían nada, que ellos solo trabajaban.
Hoy hemos ido a otra ciudad porque se han juntado otros pueblos allí, porque les está pasando lo mismo. Hay una persona allí a la que debemos seguir, según dicen, porque es el que sabe de estas cosas. Él ha dicho que tenemos que ir a pelear como han peleado nuestros abuelos cuando han defendido su tierra de otras tribus. Eso es lo que vamos hacer, eso es lo que queremos...

2 comentarios:

Lila dijo...

Feliz día del padre...
Eres mi padre favorito... jijiji---- porque solo a padres como ati habria que celebrarles este día, a aquellos a los que se les cae la baba por susu hijos... que creen que sus hijos son distraidos porque son como ellos, porque simplemente quieren que sus hijos sean felices...
Feliz día del Padre (Camila tiene suerte)

te quiero

Unknown dijo...

El ruido de la ciudad parece insultar los oídos. ¿Y qué clase de vida es cuando el hombre no es capaz de escuchar el solitario grito de la garza o la discusión nocturna de las ranas alrededor de la laguna?